sábado, 22 de septiembre de 2012

GENARO

Un alto en el camino ¡Reflexión!
El camino que conduce de Salamanca a Castellanos puede llegar a ser molto longo si se intenta cubrir a la pata coja. ¡Y mira que es bonito!
                                                         *  *  *
El de Villanueva  del Trabuco no estaba dispuesto a reanudar la caminata. Había quedado para el arrastre antes de pisar Fuenterroble de Salvatierra y la idea de asaltar un autobús le rondó en el albergue al tiempo que escuchaba, sin oírlos, a los chicos de Blas. Embelesado, cerró sus oraciones entre dientes.
-Mañana estoy en Santiago.
Pero no cumplió su promesa. No pudo siquiera esperar a las primeras luces. Como cada amanecer, buscó los calcetines, los palpó y los notó aceptables para aguantar una jornada más. No se iba a rajar si su compañero no se rajaba.
-Genaro, ¿me ayudas a calzarme la bota?
-Por supuesto.
Genaro cogió la mochila y buscó los dos papelones de jamón de Guijuelo que aún sobrevivían a las calores, a las hormigas y a las moscas. Encontrarlos en el fondo del zurrón le ayudó seguramente a olvidarse del tentador autobús.
-¿Llevas agua?
-Una fresquita y tres congeladas.
-Nos harán falta.
-Pues ya estamos perdiendo el tiempo.
Abrazaron a todo el que estaba despierto y levantado y dieron las gracias a los voluntarios por la acogida.
-¡Ultreia!-gritó el del botiquín a las espaldas de los peregrinos.
La despedida del hospitalero acompasó la lentitud de sus pasos, resonando en el aire  hasta mediodía.
La primera de las botellas empezó a viajar de mano en mano hasta que se entregó por completo a los besos de los peregrinos. Julio a las once pide agua por un tubo.
-¡Reflexión!
El de El Trabuco aflojó las rodillas y cayó recostado sobre su mochila. Era un experto en echarse al suelo en un único tiempo. Como un camello abatido.
Las zarzas adornaban el cauce de un arroyo sequerón y Genaro interrumpió a su compañero cuando hacía acopio de unas moras que les sirvieran de entretenimiento durante el almuerzo. Abrió sobre la escasa hierba uno de los papelones de jamón y lanzó la invitación al banquete.
-No pierdas el tiempo en tonterías y reflexiona aquí conmigo. ¿Queda mucho para San Pedro de Rozados?
-Un huevo. Al paso que vamos, quizás dos.
-Pues vamos a reflexionarnos todo el jamón porque yo de Salamanca no paso sin montarme en un autobús.
Los fantasmas del diesel asaltaban a Genaro machaconamente.
-Lo de Rozados deben habérselo añadido a San Pedro por mí. Llevo los muslos ardiendo. ¿A que no conoces a nadie que se haya escaldado sentado en un autobús?
-No sé. Hay gente pa tó...pero no creo. Está bueno este jamoncete de Guijuelo.
-En cuanto se acabe, me subo al autobús y ya estoy en el Obradoiro.
Guardaron los restos en las mochilas y continuaron la marcha tras dar una miradita a la guía.
-Esta tarde también tenemos toros, Genaro.
-¡Ojú!
Un rato de camino para sestear ayudó poco a la digestión.
-Saca la primera de las congeladas, que el jamón ya está aquí.
Al cabo de dos horas tenían más sed que miedo. Los toros formaban parte del paisaje. Miraban a los extraños peregrinos caminando junto a la alambrada de espinos. Seguramente no se inmutaron porque no llegaban a creer que se atreviesen a cruzar por el interior de la dehesa de semejante guisa.Uno iba a la pata coja, con una bota en la mano; el otro, patizambo y arrastrando los pies.
-Como se arranque uno nos vamos a enterar, Genaro.
-Me da igual si me coge; así no ando más.
-Aprovecha y pídele agua o, al menos, que te diga donde está el pilón.
-Déjate de cachondeo y mira a ver si hay algún portillo. De aquí no salimos vivos.
Bordeando  la alambrada durante media hora que les pareció un siglo llegaron a una portela y la franquearon como si de un burladero de la Maestranza se tratara.
San Pedro tenía que estar ya cerca. El ladrido de unos perros y la musiquilla de unos aspersores tocando el xilófono sobre las hojas de un maizal delataban la proximidad de alguna sombra al otro lado del cerro que ascendían.
-Vamos, Genaro. Esta noche nos lavaremos en el Tormes.



Dedicada a Genaro, el peregrino más reflexivo.



5 comentarios:

  1. Pasto,consigues de forma amena y sencilla,que nos impliquemos, como peregrinos, en ese camino largo e inacabable,pero definitivamente bello e inolvidable.
    Mi felicitación por esa grandeza,que asoma siempre detrás de tus letras.
    Mi abrazo grande por tu cercanía y buen hacer.
    FELIZ SEMANA,AMIGO.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  2. !Ay Pasto! Cuanto tiempo sin saber nada del uno al otro. Te agradezco la visita y así me llevas directo a tu casa.
    Pues veo una caminata dura en tu historia, muy amena por cierto.
    Con ternura te dejo un beso para ti y tu esposa.
    Sor.Cecilia

    ResponderEliminar
  3. Ya echaba yo de menos que nos contaras algo de tu Camino. Insiste, por favor

    ResponderEliminar
  4. recuerdo mis tiempos de peregrinar montañas, tu historia es bella y amena, bravo por Genaro y su aguante, saludos querido Pasto

    ResponderEliminar
  5. Avec beaucoup de pluie je viens te dire bonjour
    TOUT va bien Pasto!!!!!!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...