miércoles, 24 de abril de 2013

FIESTA EN LA SALINA

Flamenco

La salina estaba revuelta.
Los flamencos cernían agua como si buscasen oro.
Carmelo pensaba más en el pedaleo que le esperaba en el camino de vuelta que en el bocadillo.
- Aquí tenemos que dejar las bicicletas para no asustar a los pájaros. Te voy a enseñar a echarle el candao.
La bicicleta nueva de Carmelo quedaba de lujo atada a la de su hermano mayor.
- Fíjate bien en lo que hacen con el pico. Están comiendo.
- ¡Qué bonitos son!
- Calla, que se asustan. Coge los bocadillos y sígueme.

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