Al pájaro carpintero se le hizo el pico agua cuando detectó que las ramas huecas de Manuel sonaban como un xilófono en bruto. La coronilla rojiza subía y bajaba como un martillo pilón sobre el más antiguo de los brazos del olivo.
Poco a poco se iba emocionando y cambiaba la frecuencia y la intensidad del picoteo. No buscaba alimento alguno; picoteaba por puro placer...Siguió tanteando durante un buen rato. Cambió de rama; picó en la dura madera muerta; repicó en la madera del año; tanteó cada rama desde la base al muñón antes de recorrer el árbol por dentro como un espeleólogo verde con casquete rojo. Entraba por el hueco de una rama y salía por el extremo de otra.
Le pareció increíble que un árbol tan viejo encerrara tanta diversión. Y volvía a recorrerlo en su totalidad una y otra vez como si lo estuviera afinando para dar un concierto.
Picoteaba las entrañas de Manuel con la misma intensidad con la que había picoteado su piel.
- ¡Qué bien suenas, Manuel!
- Eso es el pico con el que me tocas.
- He visto que tienes algunas ramitas con bultitos. Si quieres te las puedo quitar antes de que te den problemas importantes.
- A mi no me molestan. Llevo años con esos bultitos.
- No quiero meterte miedo. Yo, si fuera tú, me los quitaba.
- Tampoco les tengo cogío* cariño. ¿Cómo me los vas a quitar?
- ¿Tú qué crees? ¡A picotazos!
- Afílate el pico y ponte manos a la obra, campeón.
El pájaro verde fue el primer amigo de Manuel en la soledad de Los Majadales Bajos.
Dedicada a mi amigo y compañero Paco, que en Gloria esté.
Precioso, Pasto.
ResponderEliminarCelebro que te guste.
EliminarQue bonito Pastorino🤗
ResponderEliminarCelebro que le guste.
EliminarPrecioso!
ResponderEliminarCelebro que te guste
EliminarQue bonito !! ❤
ResponderEliminarUna preciosa personificación de un olivo centenario y un pajaro carpintero. Hay recuerdos que trascienden más allá de lo puramente material. Un abrazo de tu sobrino Lolo
ResponderEliminarCelebro que te guste, sobrino.
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